En los burdeles de Buenos Aires se cuenta la historia de una prostituta, y de un ser, que se enamora... de ella. Ella que vendía su alma, mendigaba por amor. Su melena pelirroja al viento hacía suspirar a los corazones más solitarios, los cuales daban encantados la vuelta a su bolsillo por cinco minutos de locura y desenfreno. Pero cayó herida por el amor, y ella y su amante decidieron huir para poder dar rienda suelta a su sentir. Primero había deseo, pasión, hambre, sed devoradora... Luego sospecha, celos, ira, traición. El camino tenía que seguir, y aquella melena roja sería tocada por más manos. Cuando el amor es para el mejor postor no se puede confiar, y sin confianza, no hay amor. Los celos, si, los celos, volvieron a la enamorada... loca.
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